jueves, 13 de septiembre de 2012

FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES

   La Cofradía de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores no sólo celebra cultos en hornor de su imagen titular durante la Cuaresma y la Semana Santa, si no que también festeja la memoría de la Virgen de los Dolores el día 15 de Septiembre, como así refrejan sus Estatutos, aprobados en Abril de 1.991.
 
   Desde los principios del Cristianismo la Iglesia, al rememorar la Pasión de Jesús, ha unido esta memoria al sufremiento y dolor de su Madre. El Evangelio de Juan nos testimonia que María estuvo con su Hijo al pie de la cruz (Jn.19, 25), y así se ve plasmado estos días en nuestra parroquia al celebrar el triduo en honor del Santísimo Cristo de la Pobreza. Lo que podemos contemplar estos días en el altar mayor del templo parroquial es la más pura expresión plástica de lo que San Juan recoge en su Evangelio, invitándonos a la contemplación y a la reflexión, a pararnos un momento y observar hasta que punto Dios es generoso con nosotros, y como María se nos presenta como modelo de bondad y entrega sin condiciones.
 
   Como deciamos al principio, el sufrimiento de María junto a su Hijo no pasa inadvertido para los primeros cristianos. Así algunos Padres de la Iglesia como San Agustín o San Bernardo cantan los dolores y sufrimientos de la Virgen María en sus escritos, componiendo hermosas oraciones y cánticos. Igualmente, el Papa Sixto III, en el siglo V, al restaurar la basílica liberiana, denominada de Santa María la Mayor, en Roma, la consagra a la memoria de los mártires y de su Reina.
  
   Ya en la Edad Media la devoción a los Dolores de María aparece muy arraigada en los fieles gracias a la labor de difusión llevada a cabo por la Orden Servita de San Felipe Benicio en el siglo XIII, que popularizó el hábito y el escapulario de la Dolorosa en toda Europa. Este es uno de los motivos por el cual la insignia de nuestra Cofradía no es una medalla si no un escapulario, manteniendo así la tradición servita.
 
   En el siglo XVII, en plena ebullición de la contrarreforma de Trento, comienzan a celebrarse en la Iglesia dos fiestas litúrgicas en torno a los Siete Dolores de la Virgen María. En primer lugar el viernes después del Domingo de Pasión, conocida como Viernes de Dolores, y otra el tercer domingo de Septiembre. La primera fue extendida a toda la Iglesia por el Papa Benedicto XIII en 1.724 y la segunda por el Papa Pío VII en 1.814, en memoría por el cautiverio sufrido por el pontífice bajo el dominio de Napoleón. Esta fiesta se fijó definitivamente el 15 de Septiembre y es la única que aún se celebra litúrgicamente.
 
   Frecuentemente aparece en los textos bíblicos la referencia al número siete para referirse simbólicamente a la universalidad, por lo que podemos interpretar que la conmemoración de los Siete Dolores de la Virgen son escenas que nos recrean las principales estapas de la vida terrena de María.
Estos Siete Dolores se representan tomando las palabras del anciano Simeón (Lc. 2-35), siendo en sí mismo este hecho uno de los Siete Dolores:
 
1.- Profecía del anciano Simeón.
2.- Huída a Egipto.
3.- El Niño Dios perdido en el Templo.
4.- María se encuentra con Jesús camino del Calvario.
5.- Jesús muere en la cruz.
6.- Jesús es descendido de la cruz.
7.- Sepultura de Jesús.
 
   Esperemos que desde la contemplación de estos Siete Dolores podamos apreciar en María, en su abvocación de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, un modelo de entrega generosa, pero también un modelo de superación ante estos momentos difíciles de cruel crisis y pérdida de valores.

1 comentario:

  1. hola solo decir anonimamente, ya que soy familiar de un miembro de la cofradia, que el mejor capataz que ha tenido la virgen de los dolores es Don Fernando Morales-Arce Marquez de Prado, y seguramente si se reincorporara a la cuadrilla, iria mucho mejor el paso en semana santa

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